¿Imaginamos una ciudad con el mismo número de funcionarios que de empresas? Pues existe, se llama Sevilla. Esto, que a priori no debe parecer ni bueno ni malo en el corto plazo, es perjudicial y mucho. La empresa pública se está comiendo a la empresa privada. Este dato es terrorífico para la prosperidad de una ciudad como Sevilla, que ya alcanza un paro de 215.000 personas (septiembre 2009). Es de